En moda flamenca en particular, como ocurre en la moda en general, todo vuelve. Incluso lo que nos parece horrendo. Incluso aquellas cosas que ahora nos parecen un despropósito y hace años nos parecían lo puto más. Todo vuelve y no estamos a salvo de esas vueltas. Para más inri, en moda flamenca hay un acuerdo unánime sobre cuál es el peor traje de flamenca que jamás ha pisado una Feria y que a día de hoy muchas tiemblan solo de pensar que algún día llevaron uno así. Hablamos, como no, de este traje:
A raíz de repostear esta fotografía en el instagram del blog, y de avisar a todas las seguidoras que han puesto el grito en el cielo, hemos decidido bucear en la presente temporada para confirmar lo que ya venimos aventurando desde hace meses: esas mangas y esas hechuras vuelven. El corte de la falda en concreto ya lo ha hecho gracias a que los talles altos y la ausencia de volúmenes se han impuesto en determinadas flamencas esta temporada, pero lo que genera mayor debate aquí son las mangas: esas mangas de ese traje tan de 1993, tan de tonadilleras que hacían el camino del Rocío juntas y revueltas, tan de guiri borracha en la Feria, tan de fotos nuestras que compiten con las de la comunión en horteridad interiorista en casa de nuestras abuelas, tan llenas de encajes de bolillos y cintas que casi nadie ha querido restaurar, tan de estar en el altillo comiendo polvo y encerrado en una bolsa que no queremos abrir por miedo a que sea la caja de Pandora… Esas mangas vuelven y lo harán con toda probabilidad en la próxima temporada. Veremos volantes al hombro con volumen porque el volumen, de por sí, es tendencia, y eso no hace más que allanar el camino, pero además lo hará porque poco a poco y sin darnos cuenta esa hechura ha ido volviendo y nos la han ido colando en las pasarelas por lo que el punto de cocción está próximo a llegar donde merece para que esas mangas nos encanten y sean protagonistas de no pocos trajes la próxima temporada.
¿Seguís sin verlo? Pues aquí van varios ejemplos 100% de 2017:
Pequeños volantes al hombro con manga al puño como propone Mónica Méndez o manga canastera cortada también al hombro que vimos en Carmen Acedo. Son dos ejemplos que hemos visto en repetidas ocasiones en las últimas temporadas y que demuestran que los volantes pueden subir a través de los brazos de las flamencas. Son la versión aceptable del volante al hombro, obviamente.
Generosos en volantes aunque con el volumen comedido se presentan las ideas de Pedro Bejar (izquierda) y Loli Vera (derecha). El hecho de que no se levanten y de que el cuello aparezca despejado también ayuda a desviar la atención, pero, en esencia, no dejamos de hablar de volantes al hombro.
Andrew Pocrid (izda) y Luis Fernández (dcha) también optan por una visión discreta o por pequeñas variaciones a las que, además, se suma el uso de tejidos y colores que no son propios de la flamenca. Nos vamos acercando…
Con alternativa también al volante tradicional pero generosos en volumen aparecen la flamenca de Pedro Bejar (izda) o la de Ana Morón (dcha). La idea sigue siendo la misma: volumen al hombro.
Talle a la cadera, volantes de la falda sin volumen, ausencia de mangas y volantes (pequeños al hombro). Mercedes Dobenal, en sus propuestas de romería, se acercó bastante a esa hechura que algunas temen a día de hoy.
Hablando de volúmenes, Cristina García también los empleó en algunos de sus diseños. Ya vimos algunos volantes al hombro abullonados en ‘Silencio‘, pero ‘Mi Dolores‘ fue un paso más allá como vemos en estos diseños. Lástima que su retirada nos deje sin ver si los volantes en forma de pompón podrían haber evolucionado y reinventar la idea.
Los volantes al hombro proceden de una evolución de ciertos estilos ochenteros adaptados a moda flamenca. Los años 80 son una clara inspiración en flamenca y la estética kistch-exagerada pero con aire desenfadado y toques de glam que ha estado detrás de no pocos volantes puede anticipar lo que viene. Porque primero fueron los 80 y luego llegarán los 90 como revival. La opción de poner dos volantes, aunque muy generosos en telas, de Sergio Vidal (izda) y Andrew Pocrid (dcha) también dan pistas de lo que viene… o de como podríamos adaptar el retorno noventero.
Tres ejemplos que se quedan a medio camino pero que apuestan por el volante en una sola manga: José Galvañ (izda), Pedro Bejar (centro) y Rosa Pedroche (dcha) se aproximan sin complejos al volante al hombro más genuino y lo colocan en un único brazo como recurso estilístico que, desde luego, les ha funcionado muy bien. Probablemente ninguno de los tres trajes habría funcionado tan bien si el volante se hubiese reproducido en ambos hombros pero estas 3 imágenes sirvan como aviso: la flamenca más moderna de 2017 puede recuperar aquello que nadie quiere ver.
En ambos hombros, con los brazos desnudos y con esa voluptuosidad de los 90: así lo hicieron Inma Linares y Javier García. Inma Linares (izda) puede que haya sido quién más se haya acercado a la hechura más ortodoxa, aunque cierto es que el recurso de usar tul y de que la patrón en sí del vestido lo disimula. Por su parte Javier García (dcha) también nos avanza y se aproxima muy mucho a esas mangas que todas tenéis en mente. Sirvan ambos como ejemplo de que si, de que en moda todo vuelve, de que los volantes al hombro de volumen exagerado están a punto de hacerlo y de que, adaptado a tendencias y a gustos actuales, nos van a encantar aunque muchas renieguen de ello. Es cuestión de tiempo…